
Después de enfermar de COVID-19 severamente, muchas personas experimentarán una variedad de dificultades para volver a (lo que en algunos casos solía ser) su funcionamiento normal en su vida diaria.
Muchas personas que han sufrido los efectos de esta enfermedad ahora están entrando en la fase “posterior” al COVID-19. Muchas personas se encuentran en diferentes etapas de la recuperación y algunas ahora podrían estar en riesgo de deterioro y discapacidad a largo plazo.
El alcance de ese deterioro y discapacidad quizás aún se desconoce, pero de las primeras investigaciones médicas queda claro que estas personas necesitarán apoyo en su rehabilitación (continua y a largo plazo) para superar su situación.
Según la Organización Mundial de la Salud, la rehabilitación se define como “un conjunto de intervenciones diseñadas para reducir la discapacidad y optimizar el funcionamiento en individuos con condiciones de salud, en interacción con su entorno”.
Los principios que rigen y la evidencia que respalda la rehabilitación nos dicen que esta posibilitaría una recuperación efectiva.
La gran cantidad de pacientes post COVID-19 que necesitan rehabilitación en Costa Rica, junto con los que aún están afectados, desafía a las autoridades locales a respaldar los servicios de rehabilitación en Costa Rica actuales y configurar los que aún no están disponibles.
Es por eso que hacemos un llamado a las autoridades locales a considerar que los centros de rehabilitación privados bien podrían ser socios clave para reducir el impacto del COVID-19 en la salud de nuestra población afectada y su reinserción productiva.
Las clínicas de fisioterapia son esenciales para estos esfuerzos de rehabilitación en Costa Rica en personas de todas las edades, ya que facilitan el alta temprana, pero aún más para apoyar a los pacientes y fortalecer sus vidas tras la recuperación.